domingo, 17 de octubre de 2010

De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia. ¿Sabes qué hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es cómo me sentí. Así es cómo me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir cuando era una adolescente y que ahora rezo por no volver a sentir nunca más.

1 comentario:

Alba dijo...

Acabo de descubrir tu blog y sin duda me identifico un montón contigo, sobre todo con esta entrada. Me gusat tu estilo, y a partir de ahora tendrás muchas visitas mias :)
un beso!